Estamos deseosos de resultados, pero carecemos del hambre de trabajo duro y constante.
Nos hemos hecho creer a nosotros mismos que merecemos todo y que del cielo nos van a caer a pedacitos nuestros sueños ya confeccionados.
Deseamos imponer pero olvidamos escuchar, queremos saber pero nos negamos a aceptar la verdad.
Un día una persona me dijo, que la diferencia entre una critica que construye y una que destruye es que la primera agrega una propuesta de valor.
No está en mi decir lo que está ante los ojos de todos nosotros, pero si me siento con la obligación moral de decir que:
1.- Puedes cambiar. ¿Como? De adentro hacia afuera.
2.- Puedes aprender. ¿Como? Reconociendo.
3.- Puedes hacer. ¿Como? Con un deseo que imponga voluntad.
El mundo no cambia con tus palabras, pero se también que la palabra tiene poder y que la luz puede crearse aún en el rinconcito mas obscuro de las personas.
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